El profesor de biología de la Universidad de Yale, Addison Verrill acudió de inmediato al lugar y lo identificó como un pulpo o calamar gigantesco, cuyos tentáculos median hasta 60 mts, las muestras de tejido que extrajeron del cuerpo del Kraken están guardadas en el Instituto Smithsoniano de Boston, Massachussets, en USA.
Como punto de comparación, la especie de pulpo con los tentáculos mas grandes reconocidos oficialmente hasta hoy, miden aprox. 7 mts.
El Kraken es tal vez quien inspiró al escritor y visionario francés Julio Verne, para escribir el ataque del calamar gigante que aparece en su novela “20,000 Leguas de viaje Submarino”
Las redes estaban a punto de reventar. Algo hacía hervir el agua rebosante de peces. Los hombres trabajaban denodadamente, sabedores de que el monstruo oculto que aterrorizaba a la pesca podía emerger en cualquier momento del mar y dar cuenta en un instante de la embarcación.
O tal vez preferiría devorar uno a uno a los pescadores sobre cubierta.
Todos sabían que se trataba de kraken, el mayor de los gigantes marinos.
Un sinfín de relatos semejantes abundan en la literatura noruega, pues la leyenda asegura que los pescadores, a lo largo de los tiempos, enmudecen de pavor cuando aparece el leviatán.
El dorso de un kraken adulto tenía una longitud de dos kilómetros y medio. Debido a la joroba de su espina dorsal y de los tentáculos que flotaban como flecos de algas, se le confundía con una isla de regular tamaño.
Era un templo viviente, y así lo dijeron varios antiguos escritores nórdicos cuando se refieren al kraken.
En 1755, el obispo Pontoppidan de Bergen (Noruega) escribía que las islas flotantes que en los mares del norte aparecían y desaparecían súbitamente eran sin duda krakens.
El obispo de Midaros levantó un altar sobre la roca de una playa y celebró la Santa Misa. No sabía que se hallaba sobre el lomo de un kraken. El monstruo esperó respetuosamente a que el obispo terminase y luego, tranquilamente, se deslizó hasta el agua y desapareció. Pero el escepticismo moderno no se aviene a la existencia de los «krakens» y afirma que son calamares gigantes que confunden a visionarios. Pero ¿quién conoce del todo la profundidad de los mares? Tal vez, como escribió Tennyson:
“Bajo las agitadas aguas superficiales; lejos, muy lejos en el mar abisal, su antiguo y no turbado sueño duerme el KRAKEN.